La payada es un arte
poético musical que pertenece a la cultura hispánica y que
tuvo un enorme desarrollo en Sudamérica, sobre todo en Argentina, sur de Brasil
y parte de Paraguay. En ella, una persona, el payador, improvisa reflexiones casi filosóficas
en un breve instante, acompañado de su guitarra y con rima
improvisada.
Cuando la payada es a
dúo, se denomina contrapunto y toma la forma de un duelo cantado. En el
contrapunto, cada payador responde las preguntas de su contrincante y luego
pregunta del mismo modo. Pueden durar horas ya que el final se da cuando uno de
los cantantes no puede responder rápidamente a la pregunta de su
contrincante.
Por ello el 23 de
julio se celebra en la República Argentina el
“Día del
Payador”, en conmemoración del histórico contrapunto entre Gabino Ezeiza y el oriental Juan
de Nava, celebrado en 1884 ante un auditorio la localidad
uruguaya de Paysandú.
En ese encuentro el afroargentino terminó su improvisación, “Heroico
Paysandú”, ovacionado por el público que al comienzo lo recibió con
hostilidad.
Gabino, de ascendencia negra, nació en San Telmo el 3 de febrero de
1858 y vivió en el barrio de Floresta hasta el día de su muerte el 12 de octubre
de 1916, horas antes que asumiera la Presidencia de la Nación el doctor Hipólito
Yrigoyen.
Gabino – al igual que otro payador radical, José Betinotti cuya vida y
trayectoria fue admirablemente retratada por Homero Manzi en el film "El último
payador" – adhirió desde muy joven a la causa de la Unión Cívica
Radical , dedicando composiciones tanto al partido como a su
numen inspirador y fundador: el doctor Leandro
Alem.
Ese 12 de octubre, Yrigoyen enterado de la muerte de Gabino Ezeiza y
mientras se preparaba para asumir la primera magistratura de la República por el
voto libre de sus conciudadanos luego de 25 años de lucha, le preguntaron si le
faltaba algo. El presidente electo afirmó: "Sí, me falta el Negro
Gabino...pobre Gabino, él sirvió". Su retrato integra la galería de figuras
del arte popular argentino en las paredes del Café de los Angelitos, que fuera
inmortalizado como “bar de Gabino y
Cazón” en el
tango homónimo.
“Alem
todo es
corazón;
Él
encarna el patriotismo;
Es la
esencia del civismo de esta gloriosa
Nación.
Es
eminencia del Foro;
Y en el
libro de la Historia;
Su
nombre, lleno de gloria;
Se
escribirá en letras de oro”
(Payada de
Pablo J.
Vázquez, Teatro
Apolo, 2 de julio de 1894, dedicada
a Leandro
Alem. Crónica
del diario La Prensa)
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