Hace 44 años un golpe militar ponía fin al gobierno constitucional del doctor Arturo Umberto Illia. Se trató de una operación organizada, montada y desarrollada por la cúpula neofascista de las Fuerzas Armadas, la burocracia sindical peronista y los intereses de grupos económicos concentrados multinacionales.
Sin entrar en consideraciones harto conocidas sobre su honradez providencial, su vocación auténticamente democrática y su ferviente defensa del interés nacional, es bueno recordar que Illia en el gobierno se atuvo estrictamente a la plataforma del radicalismo y, en cumplimiento de la promesa electoral, anuló contratos petroleros por vicios de legalidad y por ser dañosos a los derechos e intereses de los argentinos.
Su gobierno aplicó una política internacional independiente, oponiéndose a la intervención armada de Estados Unidos en la República Dominicana, y obtuvo una resolución favorable en la ONU que obligaba a Gran Bretaña a la discusión sobre la soberanía en las Islas Malvinas. Aplicó el salario mínimo vital y móvil, y reguló los precios del consumo popular con la Ley de Abastecimiento. No aceptó negociación alguna con el Fondo Monetario Internacional, simplemente no tuvo relación. Su política monetaria posibilitó la virtual eliminación de la deuda externa, la inflación fue controlada sin ajustes recesivos, y no superó el promedio del 6% anual. Llevó adelante un exitoso plan de alfabetización y elevó al 25% el presupuesto educativo. Aplicó una reforma del hospital público y dictó la Ley de Medicamentos.
El golpe de Estado que se inició la noche del 27 y se concretó en la madrugada del 28 de junio de 1966 fue uno de los actos más perjudiciales para la continuidad institucional y el auténtico desarrollo socioeconómico de la Argentina. Las consecuencias nefastas de tal aventura aún siguen siendo un lastre para la Argentina.
Después de su caída en 1966 y hasta su muerte en 1983, Arturo Illia fue el símbolo de la decencia política, de la recuperación democrática, de la formación de la conciencia nacional y la preservación del patrimonio común de la Nación, reconocido por todos los sectores políticos sin distinciones.
Diego Barovero
Historiador
Vicepresidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano
Autor de "UCR. Su historia, su doctrina, sus nombres".
EL ALTO Y EL BAJO EN BARILOCHE: HORA DE CAMBIAR EN RÍO NEGRO
ResponderBorrarPor Marta Gorsky
Gral. Roca
24/06/2010
San Carlos de Bariloche – La Suiza argentina - es la ciudad con mayor población de la provincia de Río Negro y también aquella en que la dicotomía entre habitantes de primera y habitantes de segunda, se manifiesta con mayor claridad.
Son mas de 100.000 personas que viven en el bajo o en el alto y entre ellos un índice de desigualdad que nos muestra: sobre el lago Nahuel Huapi una gran concentración de viviendas suntuarias, hoteles y pistas de esquí y un alto con viviendas precarias, sin los servicios básicos, sin inversión social y cuyos habitantes, pobres, son en el mejor de los casos la mano de obra temporaria y barata en restaurantes, hoteles o casas de familia.
Mucha inmigración, también de primera y de segunda: europeos los
Primeros y latinoamericanos los segundos.
En la Fiesta de las Colectividades, que se celebra desde 1978, los bailes, trajes y comidas típicas son de italianos, españoles, alemanes, suizos, daneses y eslovenos.
Ni chilenos ni bolivianos a pesar de representar el 40% de la población están allí presentes.
Estos están fuera de los circuitos turísticos y de los proyectos de desarrollo económico.
Sumamos a esto un estado provincial ausente.
Río Negro dispone de un plexo legislativo rico y avanzado.
Leyes de Protección a niños, niñas y adolescentes, De Salud reproductiva, De Prevención y Asistencia de la Violencia familiar, Consejos de Promoción familiar, Desarrollo sustentable, Contra la discriminación de la Mujer, Innovación educativa, Maternidad e Infancia, Programa Alimentario Rionegrino, Programas de Empleo, Erradicación del Trabajo Infantil; por citar algunas.
Pero el divorcio entre la legislación y las políticas de estado implica una falta absoluta de acciones de gobierno que se manifiesta en la desprotección de aquellos a quienes las leyes colocan en situación de sujetos de derecho.
Lo ocurrido en estos días en Bariloche es una directa consecuencia de
los malos hábitos del poder político oficial, que basa su política de
seguridad en un sistema represivo y en su absoluta incapacidad para
intervenir en los conflictos sociales con políticas de prevención, de
protección a los mas débiles y el fomento de las buenas practicas en
el marco institucional.
Tres jóvenes han sido asesinados, con la responsabilidad de la Policía
de la provincia, es decir que el Poder Ejecutivo está implicado, y sus
funcionarios con el Gobernador Saiz a la cabeza sólo responden aludiendo a los dudosos antecedentes de las victimas, condenando la protesta social o responsabilizando a agitadores profesionales, agregando con esto leña al fuego de una sociedad enfrentada.
La Presidenta de la Nación, en su discurso de hoy en Vancouver, reafirmó su voluntad- que apoyamos y defendemos- de profundizar el modelo para hacer de la producción y el trabajo con equidad, el eje fundamental del desarrollo.
Ya es hora de que en la provincia de Río Negro estas propuestas sean oídas y encarnadas por quienes nos gobiernen.
Ya es hora de cambiar.
Marta Gorsky
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