DIEGO ALBERTO BAROVERO

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En la Semana de La Boca

Los orígenes de la Unión Cívica Radical en el barrio de La Boca

Por Dr. Diego Barovero*

En el año 1870 La Boca alcanza la autonomía jurisdiccional mediante la ley que crea su Juzgado de Paz, separando a la circunscripción de San Juan Evangelista de la de Santa Lucía. Puede decirse pues que desde el 29 de agosto de 1870, fecha de la promulgación de la ley, La Boca adquiere una vida institucional propia. Dicha norma fija además los límites jurisdiccionales de la circunscripción y establece como lugar de desarrollo de los actos electorales al atrio de la Iglesia de San Juan Evangelista. Desde entonces y por espacio de varias décadas allí se congregarán allí los ciudadanos boquenses en las convocatorias comiciales.

La populosa barriada ribereña supo tener una agitada actividad cívica. Por su abultada población de origen xeneize, simpatizantes de la causa garibaldina, siempre fueron fuertes los partidarios de Bartolomé Mitre, acaudillados por el legendario Don Pepe Fernández. Boquenses memoriosos recuerdan que en 1901 con motivo del octogésimo aniversario del nacimiento de Mitre, que fue una verdadera apoteosis nacional, la comunidad boquense acuñó una medalla recordatoria en homenaje al vencedor de Pavón..

Volviendo a los orígenes boquenses, en 1874 los mitristas pretendieron desconocer el triunfo electoral del Presidente Avellaneda. Se produjo un enfrentamiento armado en La Verde, provincia de Buenos Aires, y las fuerzas del gobierno derrotaron a las del ex presidente. Muchos boquenses participaron de la batalla en las líneas mitristas, llevados allí por Pepe Fernández.

Hacia principios de 1880, Don Pepe se alejó de Mitre. Había decidido apoyar al General Julio Roca para la presidencia de la Nación. Llegó entonces a ocupar una banca de diputado nacional hasta su muerte acaecida en 1889, precisamente en La Boca. Jamás llegó a habitar el palacio que había mandado edificar y que alguna vez fuera sede del Club Boca Juniors.

La Boca siempre fue protagonista de los grandes cambios que se produjeron en nuestra ciudad y nuestro país. Fundamentalmente en el terreno político. Hacia fines del siglo XIX, cuando la corrupción y el desgobierno eran las características principales de la administración del Presidente Juárez Celman; lo más sano de nuestra sociedad tuvo una reacción moral. Nació así la Unión Cívica de la Juventud en setiembre de 1889, agrupación que contó desde el vamos con el beneplácito del doctor Leandro N. Alem y que en pocos meses se convirtió en Unión Cívica bajo la presidencia de éste último contaba entre sus prestigiosos dirigentes a Bartolomé Mitre, Aristóbulo Del Valle, Marcelo de Alvear, Francisco Barroetaveña, José Manuel Estrada, Vicente Fidel López, Bernardo de Irigoyen, Hipólito Yrigoyen y Pedro Goyena, entre otros.

El Club Independiente de San Juan Evangelista que presidía el prestigioso vecino Rufino Pastor se sumó a ella en un acto celebrado el 15 de diciembre de 1889 en el Ateneo Iris. En el acto hablaron Francisco Barroetaveña, Emilio Gouchon, y nada menos que el ex Presidente Mitre. Alem no pudo concurrir a su inauguración por motivos de salud, aunque envió una conceptuosa carta en la que manifestaba aplaudir “con toda la efusión de mi alma la digna actitud de ese noble y viril vecindario y el patriótico entusiasmo con que vienen a ocupar su puesto en las filas de los altivos e independientes”.



Desde entonces hubo entre Alem y los boquenses algo más que una relación. Fue un auténtico romance; de esos que se dan en forma espontánea entre un líder y su pueblo. Dice Hebe Clementi en “De La Boca...un pueblo” que esta barriada experimentó por el fogoso tribuno una profunda adhesión. A esa causa se adscribieron centenares de boquenses de ley que fueron al Parque de Artillería en julio de 1890 para luchar por su derecho al voto. También lo hicieron mediante la organización de festivales y eventos para recaudar fondos en beneficio de las víctimas de la revolución radical. Y más tarde, cuando la división de la Unión Cívica (1891) trajo consigo el nacimiento de la Unión Cívica Radical también bajo la conducción patriarcal de don Leandro Alem, fue La Boca uno de sus principales puntales.

Crónicas de la época recopiladas en “Alem. Mensaje y Destino” (Editorial Raigal, 1955) reflejan una masiva concurrencia a la asamblea de la UCR de San Juan Evangelista celebrada el 1 de febrero de 1892 en el Teatro Iris, donde se proclamaban las candidaturas a senador y diputados, donde hicieron uso de la palabra Cichero (Presidente del Club seccional), Rufino Pastor, Francisco Barroetaveña y Leandro Alem. Dijo en ese acto Alem: “Se nos dice intransigentes. Pero es claro; cómo vamos a transigir con el vicio, con el abuso, con la opresión...”.

Cuando las disidencias entre Mitre y Alem derivaron en la división de la Unión Cívica en nacionales y radicales, Rufino Pastor no dudó en quedar al lado de Alem, caudillo éste que era amado por la comunidad boquense, quien lo obsequió en numerosas oportunidades y supo contar con su presencia en numerosos actos y mitines cívicos.

A Pastor, por su consecuente conducta radical, sus correligionarios de La Boca le obsequiaron en 1892 una placa con la inscripción “en digno premio a la entereza cívica y abnegado patriotismo con que habéis luchado por los principios augustos del partido”.

Otra asamblea radical boquense celebrada el 26 de junio de 1893, celebrando el segundo aniversario de la U.C.R. contó asimismo con la palabra de Leandro Alem, quien hizo un discurso elocuente, lleno de energía patriótica, llamando a la gran causa de la libertad y el derecho. Terminado el mitin, “los asistentes se organizaron en manifestación, acompañando al Doctor Alem hasta la esquina de la Avenida General Brown y calle Alegría (Hoy calle Wenceslao Villafañe). Allí el doctor Arraga pronunció un breve discurso despidiendo la concurrencia y agradeciendola manifestación en nombre del doctor Alem”.

Esa simbiosis existente entre el pueblo de La Boca y Leandro Alem se manifestó también en ocasión de un almuerzo campestre ofrecido por el Club General Brown al gran caudillo popular, circunstancia inmortalizada en la fotografía que ilustra esta nota, que fuera tomada por Arquímedes Imazio, fotógrafo y óptico del barrio.



*Abogado. Historiador. Vicepresidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano

2 comentarios :

  1. Me llamo Leandro N. Pastor (67) y soy bisnieto de Rufino Pastor... Felicitaciones pos su publicación.
    Por razones familiares estoy escribiendo la biografía de Rufino y estoy buscando testimonios, documentos, etc. Mi nombre, como verá, es indirectamente puesto por Leandro N. Alem, amigo personal de Rufino. En realidad el primer Leandro N.de la familia es un hermano de mi abuelo, también Rufino, luego viene mi padre, luego yo y por último (por ahora) mi hijo mayor. Me gustaría tomar contacto con ud.Desde ya muchas gracias. Leandro

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  2. Queria felicitarlo por el articulo y hacerle una consulta. Mi nombre es Leandro Abdala, tengo29 años, soy de Tucumá,estoy comenzando a hacer una investigación sobre Leandro Alem, es un personaje que admiro profundamente. Conseguí unas biografias como la de Alvaro Yunque, Guerrero, Gonzalez Arril y Centralismo y Federalización en el discurso de Alem, publicado por el Senado de la Prov. de BS AS. Quisiera saber donde puedo obtener información, documentación y si hay un museo o algo por el estilo para poder visitar. Desde ya muchas gracias!!!!

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