A "Don Ata"
Homenaje a Atahualpa Yupanqui en el centenario de su nacimiento
Fue una figura consular de la cultura popular argentina y latinoamericana. Un auténtico ícono de la música y la poesía que reflejaban con un estilo inconfundible el paisaje campero, la soledad del gaucho, el estoicismo del indígena, el amor a la madre tierra.
Roberto Chavero, universalmente conocido como Atahualpa Yupanqui, de cuyo nacimiento se cumple un siglo, fue también un símbolo del canto a la libertad y la dignidad del hombre.
Había nacido en Pergamino, hijo de un obrero ferroviario con sangre indígena y una vasca. De muy joven abrazó la causa popular del yrigoyenismo y fue tal su compromiso con lo que ella representaba que terminó enredado en la revolución radical del año 1932 encebezada por los hermanos Kennedy en la provincia de Entre Ríos, que procuraba desbaratar al gobierno conservador, fraudulento y entreguista del general Agustín Justo en tiempos en que don Hipólito Yrigoyen, derrocado de la presidencia purgaba cárcel a manos de sus victimarios.
La derrota revolucionaria lo condujo a su primer exilio uruguayo. Lentamente se fue alejando de su originaria identificación con el radicalismo, evolucionando hacia la izquierda y afiliándose al Partido Comunista.
Por segunda vez debió exiliarse en Uruguay en los años 40, perseguido por el oscurantismo cultural de la dictadura peronista bajo la cual había sufrido cárcel y tortura a manos de la policía brava.
Como artista siempre se identificó con los derechos y las necesidades de los que menos tenían.
Fue un punto de referencia insoslayable para varias generaciones de creadores de la lírica y la música hispanoamericana que se inspiraron en su prolífica obra y su exquisito estilo.
También forjó amistad con otro oriundo del terruño pergaminense, don Arturo Illia. Cuentan que ya desalojado éste por el inícuo golpe militar neofascista, fue a visitar al vate a su casa de Cerro Colorado y en el camino debió bajarse del automóvil, arremangarse los pantalones y entrar descalzo a la casa de Yupanqui. Jocoso y sarcástico le espetó a su ilustre visitante: "¡Tener que ver un presidente en patas!". A lo que Illia repuso: "¡Y un indio en chancletas!".
Hasta el fin de sus días siguió dando testimonio y creyendo en aquello de que tenía "tantos hermanos" que no los podía contar y "una novia muy hermosa que se llama Libertad".
Donquequiera que fuera hacía honor a los versos que él mismo escribió alguna vez identificándose con la Luna Tucumana, ya que "andando y cantando" era su "modo de alumbrar".
Diego Barovero
Compañeros/as,
ResponderBorrarles envío un link que detalla la rebelión de los hermanos Kennedy en el norte entrerriano.
http://www.entrerios.gov.ar/algarroba/pagina626.html
Saludos!
prof. Marcelo Faure
http://centrojauretche.blogspot.com
0343 15 5041655